La situación por la que estamos atravesando en este momento es realmente preocupante. La mayoría de países han sido puestos en cuarentena y en reiteradas ocasiones nos han brindado medidas de seguridad para evitar contagiarnos del coronavirus.
He leído muchísimo acerca de la vitamina C endovenosa como medio para reforzar nuestro sistema inmunológico y protegernos de las enfermedades, y al conversar con varios amigos que se la han aplicado, pude notar el cambio.

Lo que más llamó mi atención es que los resultados se presentan de forma casi inmediata: una piel que se ve tersa e hidratada, esa sensación de “alivio” en aquellas personas que paran estresadas y permite que uno sea más productivo, reduciendo la fatiga laboral.

Confieso que el tema me envolvió y comencé a buscar a un especialista para distinguir qué otros efectos puede tener en nuestro organismo. Es así que, conocí a Liseth Alvarado Rivera, de la estética Rivera’s by Belysh y pudo esclarecer mis dudas, dándome la información que necesitaba.

Los puntos que llamaron mi atención, fueron los siguientes: mejora la producción de colágeno, ayuda a la regeneración de huesos y cartílagos, desintoxica el organismo y protege el sistema cardiovascular, entonces sería super conveniente aplicarlo también en adultos e incluso nuestros abuelitos.

Las siguientes tres características, fueron las que terminaron por convencerme de aplicarme el tratamiento a penas termine el aislamiento: mejora la cicatrización de heridas, previene resfríos y regula el metabolismo de lípidos.

Se preguntarán por qué esos tres… la razón es muy simple: las personas que me conocen saben que soy un poquito-bastante-distraída, y suelo tropezarme al caminar, así que constantemente puedo tener “incidentes”. Por otro lado, tengo historial de diabetes en mi árbol genealógico, y aplicar la vitamina C endovenosa a personas que tienen diabetes tipo 2 les ayuda a bajar la presión arterial gracias a sus propiedades antioxidantes.

Respecto a los resfríos, ¡bueno! Hago mea culpa por tomar bebidas super heladas, pero esa costumbre me la pegó mi novio porque es amante de los refrescos, tés y limonadas frozen, igual es algo que podría controlar, pero, ¿quién no quisiera recibir una ayudadita y enfermarse menos por el rico placer de tomar algo bien frío?

El último – y una de las funciones más importantes que desarrolla la aplicación gloriosa de la vitamina C – es regular el metabolismo de lípidos. Tampoco digo que volveré a los hábitos de pollito a la brasa, broaster, salchipapas, pizzas y pastas (aunque Javi me tiente 24/7); sin embargo, un gustito a las quinientas no estaría mal, mucho mejor si se puede diluir más fácil y no “contener” esa molesta grasa en la pancita.

Prometo ir corriendo a Rivera’s by Belysh a hacer el tratamiento apenas termine la cuarentena, sobre todo porque el expertise de la marca y los resultados de sus clientes me dan mucha confianza. Ya sabes, ¡a cuidarnos no solo con una dieta balanceada y ejercicio!
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