El Lifweek PV2020 empezó con el pie derecho y tuvo como invitado internacional a Pronovias de Barcelona. El espectáculo fue tan hermoso y mágico que solo puede compararse con contemplar la aurora boreal.
Cada vez que una modelo hacía temblar la pasarela con la nueva colección de vestidos Beyond The Stars, veía los diseños tan imponentes, elegantes y glamorosos, que mi mente me repetía una y otra vez «Say yes to the dress», y habiendo acudido al desfile con Javier, solo tenía las ganas de casarme con él en ese preciso momento. Sé que hay un sinfín de cosas por ver en un matrimonio: proveedores, local, trajes, zapatos, bisutería, tocado, batas, catering, decoración, flores, barra libre, y muchos otros detalles que seguramente estoy omitiendo, pero al contemplar esas obras de arte de color blanco, sentí que el vestido soñado era la decisión principal y los “otros detalles” podrían solucionarse por añadidura.
Los patrones eran increíbles: había mucha transparencia, pedrería y siluetas marcadas, ¡inclusive un vestido tenía plumas en la cola! El concepto de vestido de novia pasó de lo tradicional a lo ultra-chic y fue pensado en aquellas damas modernas que están a la vanguardia para que destaquen como nunca antes en sus vidas.

Los nuevos cortes son realmente impecables y al utilizarlos en telas como el mikado, el crepe couture, la malla adornada, el tul y los encajes hechos a mano en Francia, trasladaban la alta costura a otra dimensión.
Se pudo apreciar la sobrefalda, un diseño super funcional para aquellas novias que quieren cambiar su vestido guardando el mismo patrón, ¡Como para ir del civil o religioso directo a la fiesta!
Foto Fuente: Lima Fashion Week
Los vestidos aportan máxima seguridad y estilismo: el uso de las mangas abullonadas y las terminaciones en flecos son sinónimo de sofisticación; mientras que, los escotes de corazón y las caídas profundas en la espalda destacan el lado sensual de toda mujer.
Definitivamente, Pronovias de Barcelona es el sueño nupcial trasladado al perfecto diseño del haute couture.
Por: Vanessa Barreda Montoya