El mundo de Fito: Introspectiva Completa

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¿Recuerdan que les comenté que toda Fashionista debe tener su “Top 10” de artistas que sí o sí debe conocer para estar consumada? En mi caso, Fito Espinosa figuraba en la lista no solo por ser mi artista plástico e ilustrador favorito, sino porque a través de sus obras, logré conectarme más conmigo misma y entender puntos que años atrás no comprendía.

El primer momento en que conversé con Fito fue en la presentación privada de su colección Siena por Aldo & Co., donde desarrolló una serie de piezas de oro de 18k que fusionan la alta joyería y el arte. Ya había acudido a otros eventos donde él era el protagonista, pero nunca tuve el valor de acercarme, pues lo admiraba desde siempre y he seguido con detenimiento su trabajo. Para mí, ver a Fito era como estar parada por primera vez en una Red Carpet: una suma de nervios, ansiedad y emociones encontradas.

Foto Fuente: Diario Expreso

Espinosa comenzó a dibujar a los 14 y le apasionaba leer libros místicos como “El Misterio de las Pirámides”, “El Tercer Ojo”, “Viajes Astrales”, entre otros; por lo que, fue conociendo de a pocos un mundo relacionado al arte, algo totalmente desconocido que tiene que ver con lo invisible.

¿Su misión? La descubrió desde muy joven y era «crear imágenes para decir cosas». Él quería estudiar ilustración, pero como no era una carrera, estudió Diseño Gráfico en la PUCP. Al poco tiempo, se dio cuenta que estaba en el lugar equivocado, pues lo que le enseñaban era creación de signos gráficos, imagen corporativa y editorial, así que sin pensarlo dos veces se cambió a Pintura y descubrió lo que realmente lo hacía feliz: ser ilustrador.

Foto Fuente: Perú 21

Su estilo fue ocurriendo a través de los años, como un lenguaje determinado para poder comunicar. Algunos lo llaman naif; él prefiere no definirlo, pues su objetivo era crear un mundo paralelo que tenga sus propias reglas, donde todo sea coherente.

Las marcas con las que ha colaborado son muchísimas; así que, haré un recuento de las más resaltantes: una de las primeras colaboraciones que realizó fue con Alpha, una marca de materiales educativos y creativos con la que desarrolló un comercial para televisión en el que se le ve junto a una niña creando un “Traductor de Mascotas”.

Por otro lado, podemos encontrar su presencia en diferentes rubros: desde marcas de panetones hasta papel higiénico; dejando huella a su paso en la cadena de hoteles Belmond, con quienes no solo trabaja a nivel internacional, sino que expresó su deseo continuo de promover nuestra cultura haciendo una intervención majestuosa en un vagón del tren de lujo Belmond Hiram Bingham, el mismo que te transporta a Machu Picchu conectando un mundo moderno compuesto por patriotas y turistas con la civilización incaica.

Foto Fuente: El Comercio

En colaboración con HP, la marca de tecnología de punta a cargo de desarrollar hardware y software, realizó una exposición donde la mitad de los cuadros los hacía en sus equipos, para demostrar que no hay límites: “Puedes dibujar en papel o en digital pero debes sacar a flote tu expresión artística”.  

Una de las iniciativas más hermosas y filantrópicas del año, ha sido su alianza con Soft Baby Cotton, donde diseñó sets de cuna y textiles junto a Marcelo Wong, en la que, todo el dinero recaudado será destinado a la renovación del pabellón de neonatos del Puericultorio Pérez Araníbar.

A los amantes del café, nos sorprendió con la edición limitada de la cafetera Dolce Gusto de Nescafé, demostrando su diversificación y sus constantes ganas de trazarse retos destacando en múltiples rubros. La distribuidora Claro por sus 15 años le solicitó 1500 gravados, y Fito hizo notar su incesante creatividad al hacer el libro “Violet” y dibujar mientras la banda peruana de folk “We the Lion” cantaba y tocaba en vivo frente a un gran público. Este espectáculo lo repitió con el actor y comediante Christian Ysla, al hacer ilustraciones en medio de una improvisación, las mismas que eran reproducidas en pantalla grande, por lo que el público interactuaba directamente con su arte.

Lo que más rescato – y admiro – de Fito no es solo la capacidad que tiene para crear, sino la forma tan grande en que puede influir en las personas a través de sus ilustraciones. Hace años, una señora lo contactó porque tenía un hijo con Síndrome de Down y quería hacerse un tatuaje con uno de sus diseños, pues el niño reaccionaba de forma especial a sus ilustraciones. Varias personas se han hecho tatuajes de sus dibujos en diferentes países alrededor del mundo, la fiebre al inicio lo impresionó, pero poco a poco fue comprendiendo la magnitud que tenían sus obras.

Foto Fuente: Twitter Fito Espinosa

Otro hecho singular, fue un joven con una enfermedad terminal que le solicitó acudir constantemente a la galería a ver sus obras. Es en este punto, que uno entiende el gran poder y el impacto que tiene Fito al ilustrar, transmitiendo sensaciones tan mágicas, que voluntariamente una persona decide disfrutar sus últimos días de vida admirando su arte.

¿Saben qué es lo más curioso de todo? Fito y yo tenemos muchos puntos en común: nos apasionan los mismos temas y ambos tenemos en ocasiones esta especie de “sensación de cansancio” luego de departir con un grupo de personas, pero cuando nos pusimos a conversar, pasamos más de tres horas hablando de mil y un temas diferentes sin agotarnos.

Cuando analicé las obras de arte de Fito solas y en conjunto, entendí que es necesario asumir la tristeza para poder llegar a otro plano y encontrar la felicidad. Al conversar con el artista, coincidimos: Estamos en este mundo y somos seres heridos, venimos a experimentar cosas difíciles, pero debemos ser conscientes de nuestras heridas para poder curarlas y ayudar a curar a los demás. Somos el herido que cura. ¿Paradójico no?

Sin duda, lo mejor que me dejó escribir un artículo de mi artista favorito, además de conocer su carrera más de cerca, fue convertimos en grandes amigos.

Por: Vanessa Barreda Montoya