Al elegir mi vestido de novia, supe que mi sueño estaba cada vez más cerca de cumplirse; pero, en el fondo de mi corazón sabía que tenía que superar –inclusive- mis propias expectativas.
El traje que elegí eran tan pero tan glamoroso y elegante, que aún no tenía claro cómo iba a ser mi peinado. ¡Lo que más me angustiaba, era qué tocado o diadema utilizar! Como se imaginarán, estudié al detalle todas las tiaras de la realeza: desde la Reina Leticia hasta Lady Di, pasando por Tatiana Blatnik, Máxima Zorreguiet, la guapísima Mary de Dinamarca, Carolina de Mónaco, Catalina de Cambridge, la princesa Margarita, y por supuesto, Isabel II de Inglaterra.

Los que me conocen bien, saben que cuando me propongo algo, lo cumplo a como dé lugar; así que, me puse a investigar a las mejores diseñadoras de accesorios para novias y me topé con Katerine Lezama, la fantástica artista a cargo de dejarme radiante el día más increíble de mi vida.

Mi hermosa Kate y yo co-creamos mi tocado nupcial desde cero. Fue realmente inspirador bocetearlo juntas y seleccionar las perlas preciosas y los cristales swarovski que lo harían aún más especial. De hecho, diseñamos unos aretes a juego que son espectaculares.

La sorpresa, fue que Kathy bautizó las piezas como «VOGUE» -en mi nombre-, y el excesivo nivel de detalle orfebre con el que fue trabajada la plata junto a los brillantes, fueron pensados en mi estilo clásico y elegante, e inspirados en las enredaderas donde se posan bellas flores.

El peso de la tiara fue perfecto. ¡No era tan ligera, ni tan pesada! De modo que, me permitió disfrutar a mil mi baile de esposos, sin preocuparme por si se me caería.

¡Ya estoy ansiosa por co-crear con esta guapa mi tocado para el religioso!, ¿Se imaginan cuándo será?
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Por: Vanessa Barreda Montoya